viernes, 31 de julio de 2015

Alerta roja en refugio del cangrejo azul


Desde hace 10 años vecinos de la ribera del río Jamapa protegen a esta especie amenazada por el crecimiento urbano, hoy una obra de construcción amenaza ese esfuerzo ciudadano de preservación


Jeanette Aldán Cano

Desde hace más de 25 años, Cayetano González y su esposa Gregoria Arzola viven a las orillas de la desembocadura del río Jamapa, en un terreno ubicado justo atrás del Instituto Tecnológico de Boca del Río, sitio que es hábitat natural del cangrejo azul. 

Luego de convivir por varios años con esta especie amenazada por el crecimiento urbano de Boca del Río y Alvarado, Cayetano y Goya asumieron la responsabilidad de alimentarla y preservarla para favorecer su reproducción. 

“Empezamos a ver que había unos chiquitos y les dábamos de comer para que crecieran y se reprodujeran entre ellos… estábamos pendientes de que no se los comieran y vimos que estaban empezando a crecer, pero de noche, cuando nos íbamos a dormir, nos saqueaban los nidos, entonces él (su esposo) se quedaba a vigilar un rato mientras yo dormía y luego me tocaba a mí”, relata Goya.

A una década de emprender esta noble labor, la pareja ahora cuenta con varios aliados, entre ellos alrededor de 20 vecinos, así como estudiantes y catedráticos del Itboca, quienes participan en jornadas de limpieza del lugar en beneficio del cangrejo azul.

Pero sus esfuerzos por proteger a esta especie de crustáceos podrían irse a la borda, pues los habitantes de la zona recibieron una notificación de desalojo ya que existe un proyecto de construcción en ese terreno.

Protectores ciudadanos

El cuidado y protección del cangrejo azul en la ribera del río Jamapa ha recaído solo en un grupo de ciudadanos comprometidos con su entorno, quienes carecen de apoyo gubernamental pero cuentan con la asesoría de la bióloga Magaly Cruz Marzoa, catedrática del Itboca.

Afuera de sus humildes viviendas, los habitantes del lugar tienen carteles que los identifican como integrantes del proyecto de rescate ecológico del cangrejo azul. Cada vecino tiene la encomienda de vigilar los nidos que están en las cercanías de sus casas e incluso al interior de ellas.

La bióloga ha realizado un levantamiento topográfico de la zona, una delimitación del área de amortiguamiento del cangrejo azul y cálculos de su índice reproductivo que le han permitido conocer más a la especie.

“Este sitio es la única reserva que existe en Veracruz, Boca del Río y Alvarado, no existe más cangrejo azul que en esta área, por ello tiene una gran importancia ecológica, económica y social este trabajo”, sostiene Cruz Marzoa.

En la actualidad la zona cuenta con alrededor de 760 nidos de cangrejos, a los cuales se suman los nidos de las crías, ésta cifra representa un incremento significativo en comparación con el 2007, cuando apenas había 150.

Este aumento progresivo en la población de cangrejo azul asentada en la ribera del río Jamapa es resultado del trabajo de preservación realizado por los vecinos, lo cual ha favorecido el crecimiento de los ejemplares y su reproducción. 

El ejemplo de estos ciudadanos interesados en la protección de una especie amenazada ha inspirado a los habitantes de otras comunidades como Antón Lizardo, donde ya existen esfuerzos para preservar a los ejemplares que han sobrevivido a la urbanización.

Amenazas a la especie


La especie se encuentra amenazada debido a la captura irracional de ejemplares, la expansión de la mancha urbana, la tala y el cambio de uso de suelo de los manglares y la construcción de carreteras cerca de la línea costera.

El cangrejo azul es una de las especies más vulnerables a los cambios en su hábitat, ya que contrario a los otros crustáceos que mudan su caparazón de 20 a 30 veces, él lo hace alrededor de 60.

“Mudar significa que ellos salen de su caparazón y empiezan a crecer internamente como si les quedara chico el vestido. El caparazón se fractura y ellos salen de él, quedan aguaditos y se empieza a regenerar el caparazón casi de manera inmediata. 

“El cangrejo azul necesita hacerlo 60 veces, es una especie muy vulnerable de acuerdo al número de mudas que necesita para alcanzar su tamaño máximo. En esta área ha encontrado un ambiente favorable para hacer esto, por ello es necesario preservarla”, explica la catedrática del Itboca.

Hace casi cinco años fue construido un muelle en el área de protección, la llegada de los pescadores impactó de manera negativa en el lugar, ya que arrojan desechos como plásticos en la línea costera y queman basura.

Asimismo en los últimos meses algunos ejemplares de cangrejo azul han aparecido muertos con signos de violencia como pedradas, sobre todo las hembras, lo cual ponen en riesgo su proceso reproductivo.

Pese a que los vecinos han interpuesto denuncias tanto vía electrónica como telefónica ante la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, hasta el momento la situación continúa igual.

La creación de una explanada de cemento y la colocación ilegal de lanchas abandonadas en las cercanías de las casas hace unos meses también ha generado afectaciones, pues debido a eso los crustáceos tienen menos espacio para crear sus nidos y guarecerse.

Cruz Marzoa reporta una caída de alrededor del 30 por ciento en el número de ejemplares de cangrejo azul como consecuencia de estos factores.

A lo anterior se suma una construcción ubicada justo detrás de una de las bardas del Itboca, la cual fue derrumbada para realizar una obra que hasta el momento se desconoce para qué será utilizada.

Además, hace tres meses los protectores del cangrejo azul recibieron una notificación de desalojo. A cambio de abandonar el lugar les ofrecieron ser reubicados a una colonia llamada Paraíso Escondido que hasta el momento carece de servicios públicos como agua potable y luz.

“Ellos son personas con una condición económica muy sensible y nunca han estado en conflicto, ni peleados con nadie, pero debido a que desconocemos por qué los quieren sacar de una manera tan atropellada, no lo podemos permitir.

“No lo podemos permitir en primera porque vamos a perder la única reserva del cangrejo azul y en segunda porque son seres humanos, deben informarles debidamente, con respeto, traer a Derechos Humanos para que verifiquen de principio a fin el traslado de las personas, deben contar con una infraestructura digna para cualquier ser humano y no abandonarlos en un terreno baldío en donde no hay drenaje, luz, ni ningún tipo de servicio”, sostiene Cruz Marzoa.


Peticiones

Los protectores del cangrejo azul no están de acuerdo en desalojar el lugar para que se convierta en una plancha de cemento, por ello exigen que los terrenos cercanos a la desembocadura del río Jamapa sean declarados como Área Natural Protegida con la finalidad de preservar a los últimos ejemplares de esta especie amenazada.

La bióloga realizó una Manifestación de Impacto Ambiental de la zona con el propósito de presentar una solicitud ante la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, lo cual no ha sido posible debido a la falta de recursos económicos para solicitar algunos permisos necesarios.

Otras peticiones de los vecinos son: contar con un presupuesto para la protección del cangrejo azul y tener una vigilancia constante en la zona para garantizar no sólo la protección de la especie, sino también la seguridad de las personas encargadas de su preservación. 


Además solicitan que, sin importar las actividades realizadas en la zona, no se permita su uso como tiradero de basura ni como área de estacionamiento de lanchas abandonadas. 

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