viernes, 24 de octubre de 2014

El rostro positivo de los videojuegos







Jeanette Aldán Cano

Gloria entra a la sala, toma el control del Wii y opta por jugar una partida de tenis. Está concentrada en la pantalla, permanece sentada, moviendo su mano de un lado a otro como si tuviera una raqueta de verdad entre sus dedos. En ocasiones se levanta impulsada por la emoción, espera su turno mientras observa los tiros de su contrincante y responde a ellos sin titubear.

No está en una habitación de su casa, ni juega con ningún amigo o familiar. Se encuentra en las instalaciones del Criver y forma parte de un grupo de niños seleccionados para participar en una investigación sobre los beneficios de los videojuegos en el tratamiento del autismo.

El trabajo realizado por la psicóloga Celia Nohemí Crespo Cortés, estudiante del doctorado en Investigaciones Cerebrales de la Universidad Veracruzana, demuestra que los videojuegos no sólo sirven para entretener, también tienen una utilidad terapéutica, siempre y cuando sea supervisado por un especialista.

Su proyecto es una innovación a nivel nacional e internacional, pues no existe otro donde el Wii sea utilizado para tratar el autismo. El único antecedente de uso médico de ese videojuego se registra en Europa, donde lo emplean para la rehabilitación de personas con problemas motores.



Proyecto innovador

En septiembre de 2013, Crespo Cortés inició su estudio bajo la tutoría del doctor Jorge Manzo Denes, adscrito al Centro de Investigaciones Cerebrales de la UV, y con el apoyo de las autoridades del Criver, quienes le abrieron las puertas del Centro para poner en práctica su investigación.

Aprovechar la atracción de los niños autistas por la tecnología para desarrollar en ellos otras capacidades limitadas como la imitación, la motricidad y la sociabilización, es el punto de partida de su estudio.

“Se sabe que las personas con autismo tienen una actitud positiva hacia la tecnología, todo lo que son tabletas, celulares y computadoras, ellos los reciben muy bien y tratan de interactuar con ellos. Nosotros tenemos la teoría de que las personas autistas no están aisladas del mundo, están aisladas del contacto con otras personas, pero no del contacto con los objetos”, comenta la psicóloga y estudiante del doctorado en Investigaciones Cerebrales de la UV.

Una característica de las personas con un trastorno del espectro autista es su incapacidad para fijar su mirada en quien le habla, algo que es natural en el resto de los seres humanos. Sin embargo, ese problema no ocurre cuando el foco de atención es una pantalla como la del Wii.

“Cuando nosotros platicamos, las personas que no tenemos una discapacidad, si alguien nos midiera nuestra visión, generalmente el 90 por ciento está puesta en los ojos y en la nariz, es un triángulo. Eventualmente te veré el pelo o el arete, pero generalmente la vista gira en torno a ese triángulo.

“Si le mides la visión a los autistas, si tú estás hablando y logras que te voltee a ver, su mirada gira en toda tu cara, pero es muy errática en el triángulo (ojos-nariz). En cambio sí pueden fijar su mirada en una computadora o un celular”, asegura Manzo Denes.

Retos de la investigación

Antes de comenzar la investigación, fueron elegidos al azar 100 expedientes, entre los casi 400 casos de niños con autismo que hay en el Criver, para analizarse y seleccionar a un grupo de menores con características similares.

Tras la revisión de casos, se escogió a 22 pequeños, cuyos familiares asistieron a una reunión para conocer los detalles del proyecto y sus posibles beneficios en la calidad de vida de una persona autista.

“Les comentamos que los íbamos a poner a jugar y que nosotros esperábamos que el niño mejorara primero en la motricidad, que él pudiera aprender patrones motores porque, por su mismo déficit social, son niños que muchas veces no tienen actividad física, son muy pasivos, por eso esta falta de coordinación nunca se llega a rehabilitar”, explica Crespo Cortés.

Por tratarse de un trabajo sin antecedentes, existía el riesgo de que no funcionara. Por ello, la psicóloga y su asesor, el doctor Manzo Denes, aclararon esa situación con las familias de los menores seleccionados.

Al final, siete niños y tres niñas de 4 a 11 años ingresaron al proyecto. Sus padres o tutores asumieron el compromiso de llevarlos dos veces por semana al Criver para participar en sesiones de juego.

En la primera etapa del proyecto, el reto era que los niños aprendieran a jugar. Dos deficiencias del espectro autista son la limitada capacidad de imitación y las dificultades motoras, ambas básicas para utilizar un videojuego como el Wii.

“Lo que hicimos fue que yo jugaba y veía si eso captaba su atención, así logramos que poco a poco se fueran interesando en el juego. Queríamos ver si ellos entendían el movimiento que tenían que hacer, si lo hacían y si acertaban o no, así es como fuimos midiendo el avance en la primera etapa”, relata la psicóloga.
La fase inicial de la investigación duró 10 sesiones de 20 minutos, equivalente
a 5 semanas. En ese periodo los niños aprendieron a manipular solos el control del videojuego y reproducir los diferentes movimientos de los deportes incluidos en el Wii Sports.



Motricidad y sociabilización

Ante los buenos resultados, los investigadores iniciaron una segunda etapa para seguir desarrollando la motricidad y trabajar en la sociabilización, incluyendo un rival de juego real, lo que implicaba mayor dificultad en los movimientos.

“En la primera etapa ellos estaban solos, no tenían contrincantes. Si estaban jugando béisbol, la pelota se lanzaba siempre en la misma dirección, a la misma velocidad, porque era controlado por la consola.

“Durante la siguiente etapa ya jugábamos entre los dos (niño- psicóloga),
ahí empezamos a medir otros aspectos como si esperaban sus turnos, porque sabemos que la intolerancia a la frustración es uno de los problemas que presentan estos niños”, cuenta la estudiante del doctorado en Investigaciones Cerebrales.

Para aumentar el nivel de sociabilización, la psicóloga inició una tercera fase, la cual consistía en poner a jugar a los niños entre sí, eso permitió trabajar de nuevo con la intolerancia a la frustración y fomentar la interacción entre los menores.

Cuando inició el proyecto, los menores convivían con dificultad, la mayoría ignoraba al compañero al entrar a un salón. Ahora, gracias a las sesiones, ya identifican sus nombres e incluso juegan entre sí.

En estos momentos la investigación está en la cuarta y última etapa. La intención es que los niños sean capaces de reproducir los movimientos realizados con el Wii valiéndose de objetos tangibles, es decir, jugar boliche con una pelota y bolos reales.

“Lo que hacemos es proyectar el boliche en el Wii, entonces jugamos un turno de boliche virtual y un turno de boliche real, igual, por turnos, dos tiros cada quien. Estamos viendo si ellos pueden pasar eso que han aprendido en el plano virtual al plano real, porque al final lo que se quiere es que el niño autista pueda llegar a interactuar en la vida real”, sostiene Crespo Cortés.

Los resultados finales del estudio serán presentados hasta finales del 2014, pero su impacto ya es tangible en la vida de 10 niños con autismo del Criver. A un año del inicio de la investigación, los padres de los menores participantes coinciden en algo: el comportamiento de sus hijos presenta cambios positivos. Son más sociables, tienen una mayor tolerancia a la frustración, entre otras cosas.

“Cambiaron cuestiones de personalidad y bajaron los niveles de estrés, que son puntos adicionales a lo que nosotros planteamos. Lo que nosotros planteamos fue una estimulación virtual para producir movimiento, esto resultó tan bien que está impactando en la sociabilidad del niño, en su interacción familiar, esos son resultados muy interesantes para nosotros”, revela Manzo Denes.

La historia de Gloria, una pequeña que ingresó al Criver a los dos años ocho meses con un diagnóstico de trastorno generalizado del desarrollo, es un botón de muestra de los beneficios de las terapias con videojuegos.

“La verdad le ha servido muchísimo a Gloria, antes se desesperaba mucho, cuando ella llegaba a un lugar quería ser la primera. No le gustaba compartir el Wii, siempre quería tener el control, si jugaba otro niño le molestaba porque siempre quería ganar ella. Aquí le han ido enseñando que sí puede ganar pero tiene que esforzarse para conseguirlo, que si pierde no hay problema porque tendrá otra oportunidad.

“Ha ido aprendiendo a ceder el turno, ahora ya puedo hacer fila en cualquier lugar y ella ya espera, anteriormente no podía porque no me dejaba, salía corriendo. Ahora puede estar en un lugar sentada más tiempo, ya está las cuatro horas de clases dentro de un salón, anteriormente estaba media hora y se salía, la tenía que meter el maestro y al rato volvía a salir”, narra Blanca Irma Hernández, abuela de Gloria.

Para el doctor Manzo Denes, el trabajo de Crespo Cortés es un ejemplo de que no es necesario importar avances médicos de otros países, pues en México hay jóvenes con investigaciones exitosas que proponen alternativas innovadoras con
resultados probados.

Una vez concluida el estudio, la intención es que los centros donde son atendidas las personas con trastornos del espectro autista en Veracruz implementen las terapias con videojuegos, apoyados por personal capacitado. El uso del Wii por sí mismo no es benéfico, la instrucción y supervisión de un profesional son fundamentales para obtener resultados positivos.


viernes, 31 de enero de 2014

RIESGOSA MINA DE GRAVA EN NAOLINCO


La operación irregular de una mina de grava volcánica y arena pone en peligro a los habitantes del municipio y a los automovilistas que circulan por la principal vía de comunicación con Xalapa

Jeanette Aldán Cano

A un costado de la carretera estatal que conecta las comunidades del Zacatal, municipio de Jilotepec, y Naolinco opera una mina de grava volcánica, cuya operación representa un riesgo para los habitantes de la zona.

El terreno de siete hectáreas, ubicado a casi dos kilómetros de la cabecera municipal de Naolinco de Victoria, funciona como un banco de materiales donde se extraen cargas de grava y arena desde hace 15 años.

La propiedad pertenece a la gravera El Órgano que sustrae alrededor de 600 metros cúbicos de material por semana para su comercialización, según informa Fernando Fernández, representante legal y uno de los dueños de la empresa.

Al estar rodeado de una carretera y un conjunto de casas, el banco de materiales representa un peligro permanente tanto para los conductores que transitan por el lugar como para quienes ahí habitan, debido a la probabilidad de un accidente.

Riesgo de accidentes

A escasos metros del cerro usado para la extracción pasa un río, esa corriente representa un riesgo latente de reblandecimiento del terreno y por lo tanto de deslave, el cual podría afectar la principal vía de comunicación de Naolinco con la capital del estado.

Además, los tractores utilizados en la extracción y los camiones de volteo donde son transportados los materiales descienden del lugar a velocidad elevada, eso genera ligeros deslizamientos de grava y arena.

La salida de la gravera se encuentra justo donde termina una curva de la carretera, pese a ello no existen señalamientos de la Secretaría de Comunicaciones y Transporte para que los automovilistas tomen precaución y eviten un choque con alguna de las unidades de la empresa, la mayoría de ellas deterioradas.

El estado del tiempo predominante en Naolinco, donde es común que llueva y haya neblina por la tarde- noche, también aumenta las probabilidades de deslaves o accidentes por problemas de visibilidad en la carretera.

Martha Márquez Landa, comerciante del municipio, comenta que ya han ocurrido deslaves de grava en la zona, los cuales incluso invaden carriles de la carretera, aunque sin consecuencias graves hasta el momento.

Pese a ello, Márquez Landa considera que la operación irregular del banco de materiales afecta a la principal actividad económica del lugar: la venta de calzado, pues en temporadas de lluvia la gente prefiere no visitarlos para evitar accidentes.

Armando González Callejas pide a las autoridades tomar cartas en el asunto pues, si continúa la deforestación del cerro, los vecinos de los alrededores (quienes todavía no han interpuesto ninguna queja) están en riesgo de sufrir un percance.

Permiso para operar

El representante legal de la gravera El Órgano sostiene que la empresa cuenta con permiso de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales para operar desde hace más de una década. Pese a ello, no aparece en el inventario anual de bancos de materiales elaborado por la SCT.

Fernández reporta que antes de poner en marcha la gravera, su familia presentó una Manifestación de Impacto Ambiental del proyecto a la Semarnat, la cual lo autorizó con la condición de implementar medidas para mitigar el impacto ambiental por la expropiación del cerro.

Una de las acciones que realiza la empresa es la reforestación de los alrededores de la zona. Por cada árbol cortado durante los trabajos de extracción, se siembran ocho para intentar compensar el daño.

Proliferación de actividad extractiva

En los municipios ubicados en la región central de Veracruz son comunes los sitios donde se realiza actividad extractiva de materiales para la construcción de manera riesgosa. En septiembre de 2013, un banco de arena sepultó a 13 personas en la comunidad de Manzanatitla, municipio de Coscomatepec.

Las lluvias registradas en la zona provocaron el socavamiento del cerro, el cual se deslavó y cayó sobre las viviendas de los fallecidos. Dos años antes del accidente, el ayuntamiento de Coscomatepec solicitó a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y a Protección Civil la clausura del lugar, pero no obtuvo una respuesta favorable.

Tras la tragedia humana, las autoridades suspendieron los permisos de ese banco para evitar otro deslave en la carretera o en otras viviendas cercanas.

Los camiones de volteo donde son transportados los materiales descienden del lugar a velocidad elevada, eso genera ligeros deslizamientos de grava y arena.

sábado, 11 de enero de 2014

COQUE EN VERACRUZ


Itzel Villegas/Jeanette Aldán 
Imagen de Veracruz 

Los constantes padecimientos respiratorios y de la piel que presentan vecinos de la colonia Miguel Alemán Valdés del puerto de Veracruz si están relacionados con su continua exposición al coque almacenado a cielo abierto por la empresa Servicios Especializados Portuarios, según un dictamen médico pericial.

 El estudio realizado por Argelia González Cervantes, perito médico certificada, se basa en 63 casos clínicos de vecinos que presentan recurrentes afecciones en los sistemas respiratorio, inmunológico y dermatológico.

“Con fundamento en la información acerca de los efectos nocivos del coque en la salud, la Norma Oficial Mexicana NOM-052-SEMARNAT-2005, que establece las características, el procedimiento de identificación, clasificación y los listados de los residuos peligrosos, y la sintomatología y padecimientos de los pacientes afectados por la continua exposición al coque dentro de la vivienda en la que habitan, se concluye que existe relación causa-efecto-daño entre sus padecimientos y el coque”, advierte González Cervantes.

 Las 63 personas contempladas en el dictamen son hombres y mujeres entre 3 y 86 años que habitan en la zona y registran sintomatologías similares desde abril de 2011 hasta julio de 2013. Los principales malestares que refieren son infecciones respiratorias, tos crónica, bronquitis, rinitis alérgica, irritación ocular y de garganta, dermatitis por contacto, conjuntivitis, crisis asmática y dificultad para respirar.

Almacén a cielo abierto

Desde el 5 de enero de 2006, la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales autorizó el proyecto para la construcción y operación de una Terminal Especializada en Manejo de Gráneles Minerales en el interior del recinto portuario de Veracruz, ubicado frente a la colonia Miguel Alemán Valdés.

 Dentro de ese proyecto estaba contemplada la construcción de almacenes bajo techo de petcoke (coque) y fertilizantes. Pero meses después, Sepsa (representada por los empresarios Óscar y Edgar Chahín Trueba, primos hermanos del alcalde saliente de Orizaba, Hugo Chahín Maluly) presentó un segundo proyecto para el almacenamiento temporal de petcoke a cielo abierto en el mismo lugar, como extensión del autorizado para el manejo de gráneles minerales.

 En el documento, entregado por la Delegación de la Semarnat en Veracruz al corporativo Imagen del Golfo en respuesta a la solicitud de acceso a la información 0001600190213, la empresa da las siguientes razones para almacenar el coque a cielo abierto: la rehabilitación de bodegas de sus clientes o la construcción de nuestra propia bodega en el patio de Sepsa y las condiciones de mercado que requieren de la inmediata compra del producto y del posicionamiento comercial.

 El proyecto de almacenamiento de coque, alrededor de 60 mil toneladas en un periodo de entre 30 y 80 días, a cielo abierto estaba contemplado solo por un año. Pero hasta la fecha continúa en operación, gracias a una prórroga solicitada a la Semarnat. Además de coque, en el recinto portuario también es almacenada desde tiempo atrás chatarra de acero a granel en las mismas condiciones. A pesar de que ambos productos son regados con celulosa para evitar que se vuelen, en las temporadas de norte la medida es insuficiente y el polvo es arrastrado hasta las casas cercanas.



Riesgo para la salud 

El coque o petcoke es un sólido poroso, de color negro, subproducto del proceso de refinamiento del petróleo. Se constituye de carbono, azufre (dióxido de azufre), níquel, vanadio y cromo, los cuales tienen repercusiones a la salud humana con la exposición prolongada.

 Este material se utiliza en todo el mundo en distintas industrias como la cementera, la termoeléctrica, la energética y la producción de aceros como combustible, entre otras cosas.

González Cervantes señala en el estudio que el almacenamiento del coque al aire libre constituye una problemática ambiental y de salud, porque los elementos que lo conforman tienen un alto grado de toxicidad.
Desde que Sepsa inició el proyecto de almacenamiento de coque a cielo abierto, vecinos de las colonias Miguel Alemán, Virgilio Uribe y Formando Hogar, las más cercanas al recinto portuario formaron la Asociación de Colonos de la Zona Norte, para exigir el traslado del petcoke que tapiza sus casas a bodegas cerradas.

 En su lucha han recurrido a los distintos órdenes de gobierno, incluso consiguieron que representantes de la Procuraduría del Medio Ambiente de Veracruz hicieran una visita de inspección a sus casas el 21 de septiembre de 2012.

Durante el recorrido, los inspectores constataron las afectaciones en la salud, los hogares y la vida cotidiana de los habitantes del lugar, pero al ser el recinto portuario una zona federal turnaron un oficio a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente que no dio respuesta a la asociación.

 El Secretario de Comunicaciones y Transportes del Gobierno Federal, Gerardo Ruíz Esparza, anunció que entre las obras contempladas dentro del proyecto de ampliación portuaria está la construcción de una bodega para el almacenamiento del coque en 2014. Pero hasta el momento, no existe ningún acuerdo para reparar los daños a la salud ocasionados a los vecinos, quienes han gastado miles de pesos en medicamentos, consultas y análisis.



Elementos del coque y sus efectos en la salud 

Carbón: El carbón provoca efectos adversos en el sistema respiratorio y a menudo detona el desarrollo de otras enfermedades pulmonares como el cáncer de pulmón o ataques de asma. La exposición prolongada también puede desencadenar enfermedades vasculares del cerebro, cardiopatías isquémicas, alteraciones del ritmo cardiaco e insuficiencia cardiaca congestiva. 

Azufre: La exposición al azufre puede producir irritaciones en la nariz, garganta y pulmón, causando tos o dificultad para respirar, además de quemaduras en la piel y ojos, con posibilidad de daño ocular. Los efectos crónicos ocurren tiempo después de la exposición al azufre y pueden perdurar durante meses o años. Al ser un irritante pulmonar, la inhalación prolongada puede causar bronquitis con tos y flema, alergias y crisis asmáticas. En la piel puede generar dermatitis con sequedad, grietas y enrojecimiento.

Dióxido de azufre: Al penetrar en las vías respiratorias destruye los cilios del epitelio del sistema pulmonar, que tienen la función de evacuar partículas de polvo y aerosol de los bronquios, ocasionando dificultad respiratoria e inflamación.Se ha asociado también a problemas de asma, aumentando la mortalidad en personas mayores y niños. Otros efectos son la inflamación de la córnea, irritación ocular, daños cardiacos y al sistema inmune, desórdenes gastrointestinales, daño renal y hepático, defectos en la audición y alteraciones del metabolismo hormonal.

Níquel: Al ser inhalado, las partículas grandes se quedan en la nariz; las pequeñas llegan a los pulmones y permanecen por largo tiempo.Algunas pasan al estómago y los intestinos, de ahí entran al torrente sanguíneo para dirigirse a diferentes órganos, principalmente a riñones, para ser eliminadas a través de la orina o las heces. Los efectos nocivos de salud más comunes son reacciones alérgicas, irritación en los ojos y piel, además de crisis asmáticas. El contacto directo y prolongado con la piel puede sensibilizar a una persona hasta producir una erupción cutánea en el sitio de contacto, originando dermatitis.

Cromo: Sus efectos en las vías respiratorias incluyen irritación de la mucosa de la nariz, que con el tiempo puede desarrollar úlceras y hemorragias nasales. Si la exposición e irritación es excesiva, el tabique nasal puede perforarse. A esta sintomatología se le agrega la secreción nasal y problemas respiratorios como asma y tos. Algunas personas desarrollan reacciones alérgicas en la piel, llamada dermatitis alérgica de contacto, la cual puede ser severa si continúa la exposición.
Fuente: Dictamen médico pericial realizado por el perito médico certificado Argelia González Cervantes.