*La asociación Paraíso del Manglar impulsa un proyecto para
reducir los niveles de contaminación del manglar y promover el ecoturismo
responsable en esta área natural protegida
Jeanette Aldán Cano
En los límites entre los municipios
de Boca del Río y Medellín, rodeado de una abundante vegetación, se encuentra
un pulmón natural de la conurbación: el manglar Arroyo Moreno, una zona que
pese a ser considerada como un Área Natural Protegida por decreto estatal sigue
padeciendo severas afectaciones.
Este sitio es escenario del
corredor de aves rapaces más grande del mundo, entre ellas el águila pescadora
y otras que migran cada año desde Canadá y Estados Unidos hacia el sur del
continente americano, y refugio de especies amenazadas como el cangrejo azul.
En los últimos 15 años, la
superficie de la Reserva Natural Estatal Arroyo Moreno se redujo casi a la
mitad al pasar de 450 hectáreas a sólo 287 como consecuencia de la tala del
mangle (árbol predominante en la zona) y el crecimiento urbano.
Al interior del área natural
protegida y en la periferia existen asentamientos humanos irregulares, sobre
todo viviendas de madera y láminas habitadas por familias de escasos recursos,
que representan una fuente latente de contaminación.
El manglar está conectado con los
canales de la Zamorana y Jiménez, los cuales transportan las aguas residuales
de la conurbación Veracruz- Boca del Río- Medellín. Pese a que el Sistema de
Agua y Saneamiento Metropolitano cuenta con plantas de tratamiento, la calidad
del agua que llega hasta el área natural protegida es cuestionable.
Otro factor que impacta de manera
negativa en la condición del manglar es el vertido de cientos de litros de agua
caliente utilizados por la Comisión Federal de Electricidad en la central termoeléctrica
de Dos Bocas, ubicada en la localidad del mismo nombre perteneciente al
municipio de Medellín.
En los últimos meses la
termoeléctrica ha disminuido la periodicidad del vertido y la temperatura del
agua, situación que beneficia al Arroyo Moreno, reconoce el ingeniero Alberto
Castillo, presidente de la asociación Paraíso del Manglar.
Erradicar la contaminación
Con el propósito de reducir los
niveles de contaminación del lugar, la asociación promueve la creación de una
laguna de oxidación para mejorar el tratamiento de las aguas residuales que
circulan por los canales de la Zamorana y Jiménez.
Las lagunas de oxidación son
humedales artificiales de poca profundidad donde se establece una población
microbiana compuesta por bacterias, algas y otros organismos microscópicos que
facilitan la eliminación natural de elementos patógenos encontrados en las
aguas negras.
Para concretar este proyecto,
Castillo ha recibido la asesoría de especialistas como el doctor en Ciencias
Claudio Chávez Justo, propietario de la empresa Nozomi Estudios y Proyectos,
especializada en el tratamiento del agua.
La laguna sería construida en un
terreno aledaño a la zona donde desembocan las aguas residuales hacia el Arroyo
Moreno, se desviaría el cauce de ambos canales hacia el humedal artificial y una
vez tratada el agua sería vertida hacia el manglar como ocurre en la actualidad
pero con una mejor calidad.
“La idea es aventar el agua hacia
allá (a la laguna de oxidación), ahí se trataría y tendría que regresarse para
el Arroyo. Independientemente de si las plantas de tratamiento funcionan o no
funcionan, aquí estaríamos instalando un último filtro para asegurar que el
agua esté en mejores condiciones”, explica Castillo.
Construir una laguna de oxidación
tiene un costo bajo si se compara con los beneficios ambientales generados. En
México existen casos de éxito en estados como Querétaro que sirven de ejemplo.
Castillo sostiene que los
recursos para la creación de la laguna podrían obtenerse con el apoyo de la
Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales y de la Comisión Nacional
del Agua, quienes cuentan con un programa estratégico para la instalación de
humedales artificiales apoyado por organizaciones civiles.
Ecoturismo
La propuesta de la asociación
Paraíso del Manglar no es sólo disminuir los índices de contaminación del
manglar, sino también convertirlo en un atractivo turístico natural de la zona
conurbada.
El proyecto contempla la
realización de recorridos en lancha por el manglar con la finalidad de mostrar
a los visitantes la belleza de estos ecosistemas que representan un espacio
intermedio entre los ríos y el mar.
Los recorridos acuáticos
partirían de la desembocadura del río Jamapa, ubicada a unos metros del Palacio
Municipal de Boca del Río, hasta llegar al corazón de la Reserva Natural
Estatal Arroyo Moreno.
Un atractivo del tour sería el museo
de sitio que la asociación pretenden instalar en el lugar, ahí serían exhibidas
alrededor de 150 piezas de la cultura de Remojadas, asentada en algunos municipios
del territorio veracruzano.
Esta cultura prehispánica es
reconocida por su estilo artístico en el que predominan figurillas huecas,
entre ellas destacan las caritas sonrientes, rostros de forma casi triangular
con amplias sonrisas.
Para la realización del museo
sería necesario el apoyo del Instituto Nacional de Antropología e Historia, ya
que la asesoría de sus especialistas es vital para la conservación de las piezas
arqueológicas.
El espacio también serviría como
foro para la impartición de talleres dirigidos a grupos de estudiantes e
incluso trabajadores de empresas privadas, para concientizar sobre la
importancia de la preservación de ecosistemas como los manglares.
Este proyecto se encuentra en
fase de perfeccionamiento y en los próximos meses sería presentado a las
autoridades de la conurbación.
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