Jeanette Aldán Cano/Revista Llave
La polémica por la modificación de la poligonal del Área
Natural Protegida Sistema Arrecifal Veracruzano, que contempla la exclusión de
Bahía Vergara para permitir la ampliación del puerto en esa zona, continúa
después de que a finales de 2012 la asociación “Soy ciudadano” impugnara el
decreto federal donde se autorizaban los cambios.
El director de la Administración Integral Portuaria de
Veracruz, Juan Ignacio Fernández Carvajal, asegura que la no aprobación de la
modificación estancaría el progreso del puerto de Veracruz y lo haría perder su
liderazgo en el continente.
“Veracruz se quedaría con la capacidad que tiene actualmente
y poco a poco, en unos 5 años, iría perdiendo su carga que seguramente se
terminaría llevando para Altamira (Tamaulipas)”, señala Fernández Carvajal.
Francisco Liaño Carrera, gerente de Ingeniería de Apiver,
reconoce que se estudió la posibilidad de ampliar el recinto portuario en la
Antigua, Antón Lizardo, la Laguna de Camaronera (en Alvarado) o la Laguna de
Alvarado.
Pero los altos costos que generaría construir en esas zonas,
donde hay una carencia de infraestructura portuaria y las condiciones de las
vías de comunicación no son las óptimas, fueron determinantes en la elección de
Bahía Vergara como el sitio ideal para realizar el proyecto.
“No existe un plan B, porque no es viable (para la empresa)
hacer un nuevo puerto en otro lado”, enfatiza Fernández Carvajal.
Durante el foro Pros y contras de la ampliación portuaria en
Veracruz, organizado por la Universidad Veracruzana, investigadores de la
Facultad de Ingeniería de esa Casa de Estudios difirieron con Apiver.
Los catedráticos revelaron que tienen estudios donde se
determina como viable la ampliación del recinto portuario en el municipio de
Alvarado, lo cual no afectaría ninguna zona arrecifal como si ocurre en Bahía
Vergara.
Necesidad de expansión
El puerto de Veracruz incrementó su volumen de carga de
17.32 millones de toneladas en 2010, a 19.34 millones de toneladas en 2011. Los
principales aumentos se dieron en los sectores automotriz y petrolero, indican
estadísticas de Apiver.
Ante el incremento de la demanda, el puerto ha sufrido
problemas de desabasto y para resolverlos tuvo dos modernizaciones en 2004 y
2009, las cuales han sido insuficientes para posibilitar el ingreso inmediato
de todos los barcos.
“Algunos buques tienen que esperar mucho tiempo para
ingresar al puerto y esto aumenta los costos del movimiento de carga, cuando lo
que buscan las empresas son puertos más económicos”, dice Liaño Carrera.
Otra amenaza para la entidad es el proceso de expansión del
puerto de Houston, principal competidor de Veracruz en el movimiento de cargas
y descargas, que le permitirá recibir con mayor rapidez a las embarcaciones.
Esa situación motivó a Apiver a planear otra fase de
ampliación, cuya construcción no puede realizarse en la misma zona debido a la
proximidad de la fortaleza de San Juan de Ulúa y el malecón turístico.
Desde 2002 las autoridades portuarias, consientes del
desabasto que se generaría en los próximos años, comenzaron a realizar estudios
para elegir una zona cercana hacia donde expandirse.
La elección final de Apiver fue Bahía Vergara, un área que
desde 1992 fue decretada como parte del Área Natural Protegida: Parque Nacional
Sistema Arrecifal Veracruzano, estatus que impide cualquier tipo de
construcción en ese lugar.
Para continuar con sus planes, la empresa propuso en 2003 la
modificación de la poligonal del PNSAV para sacar a Bahía Vergara del área de
protección y ordenó un estudio técnico justificativo a la consultoría Sistemas
Integrales de Gestión Ambiental.
Semarnat y la Comisión Nacional de Áreas Protegidas no
habían promovido ningún recurso a favor de esa modificación, pero el 30 de
agosto de 2011 emitieron un aviso en el Diario Oficial de la Federación donde
se notificaba los cambios planteados en la zona que finalmente fueron aprobados
el 29 de noviembre de 2012.
A partir de ese momento los prestadores de servicios
turísticos (en especial de buceo), los pescadores e investigadores han
expresado su opinión en contra del proyecto, debido a las probables afectaciones
en el resto de los arrecifes.
Devastación de Bahía Vergara
El principal argumento que usa la Semarnat, en el Estudio
Previo Justificativo, para desincorporar a Bahía Vergara es la devastación
ambiental de la zona, donde son descargadas las aguas residuales de la
conurbación.
La dependencia federal no ha reconocido que el principal
motivo de la modificación sea el proyecto de ampliación del puerto. Pero Liaño
Carrera sostiene que Apiver ha sido impulsor de los cambios.
“La administración portuaria financió el estudio previo
justificativo para la modificación de la poligonal del PNSA, pero fue
supervisado por personal de Semarnat y Conanp”, revela el gerente de Ingeniería
de esa empresa.
Una de las evaluaciones citadas por las autoridades ambientales
para justificar la propuesta se titula “Cambios hidrodinámicos asociados a la
ampliación del puerto de Veracruz” y fue realizada por investigadores
especializados en costas y puertos del Instituto de Ingeniería de la UNAM.
Los resultados de ese estudio revelan que Bahía Vergara,
donde se localiza el arrecife Punta Gorda, tiene una escasa cobertura de
corales y los que sobreviven se encuentran dañados por el exceso de macroalgas,
las cuales impiden su crecimiento.
Los especialistas de la UNAM también señalan que la zona
tiene la calidad de agua más empobrecida del Sistema Arrecifal y presenta una
alta tasa de sedimentación, la cual varía entre severa y catastrófica.
Modificación de corrientes
Pese a ello, Guillermo Horta Puga, uno de los investigadores
participantes en la evaluación, se opone a la desincorporación de Bahía Vergara
por considerarla un área de protección para el resto de los ecosistemas
coralinos.
“Es necesario preservar Punta Gorda, a pesar de que está muy
impactado y de que es el arrecife más deteriorado, por el servicio ecosistémico
que brinda: servir como una trampa de sedimentos”, dice el catedrático de la
UNAM.
Horta Puga explica que los sedimentos arrastrados por el Río
La Antigua quedan atrapados en Bahía Vergara, lo cual explica en parte su alto
grado de contaminación, impidiendo su llegada a los arrecifes cercanos: Gallega
y Galleguilla.
Sin embargo, las obras de infraestructura que realicen en la
zona, si se autoriza la ampliación del puerto, podrían cambiar la orientación
de las corrientes del río y conducir esos sedimentos al resto del Sistema
Arrecifal Veracruzano.
Liaño Carrera sostiene que Apiver ya midió el impacto del
nuevo puerto en las corrientes marinas y éstas solo variarán entre 0.1 y 0.4
metros por segundo, lo cual no ocasionaría daños a los arrecifes cercanos.
El funcionario afirma que tanto las descargas de aguas
residuales como los sedimentos se quedarán dentro del área donde estaría la
ampliación portuaria, y la empresa se haría cargo de tratar el agua para
mejorar su calidad.
Pide UNAM más estudios
Jorge Zavala Hidalgo, especialista en corrientes marinas de
la UNAM, asevera que en la evaluación realizada por la universidad no se
estudió con detenimiento como podrían influir las obras portuarias en la
sedimentación del resto de los arrecifes a corto y largo plazo.
El investigador admite no tener la certeza de que las
corrientes puedan cambiar de manera drástica, generando el efecto prevé Horta
Puga, pero tampoco lo descarta.
“Creo que antes de aprobarse el proyecto (la modificación de
la poligonal) deberían (las autoridades ambientales) ordenar un análisis
detallado de las corrientes”, manifiesta Zavala Hidalgo, quien se ofrece a
participar en el estudio.
Lourdes Jiménez Badillo, especialista en recursos pesqueros
de la UV, asegura que el cambio de corrientes influiría en el flujo de especies
marinas en el Sistema Arrecifal Veracruzano.
De suscitarse este fenómeno, 853 pescadores registrados y
500 no registrados resultarían afectados al disminuir su captura.
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