Fuente: Pronatura Veracruz
Jeanette Aldán Cano
La primavera llegó, en unos días la costa central veracruzana se
inundará con un río cuyo cauce no acarrea agua, sino animales: el río de
rapaces.
El cielo de la entidad será sobrevolado por más de 5 millones de aves que
regresan a Canadá y Estados Unidos, sus países de origen. Éste fenómeno es
único en el continente.
En el otoño, estas aves recorren el mismo trayecto pero con dirección
al sur de México y otras naciones centro y sudamericanas, donde se resguardan
de las bajas temperaturas y se alimentan. Sólo en Veracruz es perceptible su
tránsito masivo.
La ciudad de Eilat, Israel era considerada el corredor de rapaces más
importante del mundo. Hoy, la entidad veracruzana ha logrado desplazarla y
posicionarse en el primer sitio, asegura Yumei Cabrera Carrasco, integrante de
Pronatura Veracruz.
Parvadas de aguilillas, milanos, zopilotes, halcones, cernícalos,
esmerejones, águilas y gavilanes son algunas de las familias de aves que
atraviesan el estado durante sus dos temporadas de migración (marzo – abril y
septiembre – octubre).
En total son 16 especies de rapaces las que más transitan por el
estado. Junto a ellas, pero a una altura inferior, viajan libélulas,
golondrinas, colibríes, patos y cigüeñas, animales que se convierten en su
fuente de alimentación.
“También hemos observado que cuando hay migración de aves rapaces
debajo de ellas van numerosas mariposas amarillas originarias de Texas. No
hemos estudiado este fenómeno, por eso no sabemos hacia donde se dirigen”, comenta
Cabrera Carrasco.
Las rapaces salen de la costa oeste de sus países de origen, recorren
el Golfo de México siguiendo el litoral de Tamaulipas, Veracruz y parte de
Tabasco. Después llegan al Istmo de Tehuantepec y a partir de ahí se dispersan.
Algunas especies se quedan en las selvas del sureste mexicano, otras
cruzan hacia el Océano Pacífico y siguen su camino, por el litoral de Chiapas,
hasta llegar a naciones de Centroamérica o Sudamérica.
Veracruz, un refugio único
Durante las temporadas de migración, la mayor concentración de aves se
observa en la costa central de Veracruz, debido a la composición orográfica de
la región, explica Cabrera Carrasco.
Mientras en Tamaulipas y el norte de la entidad veracruzana las aves
se dispersan para volar a todo lo ancho del territorio, en la zona centro su
espacio de vuelo se reduce por la presencia de la Sierra Madre Oriental.
Entre las localidades de Chichicaxtle, municipio de Puente Nacional, y
Cardel está la Sierra Manuel Díaz, perteneciente al sistema montañoso oriental.
Cuando las aves se topan con estas elevaciones redirigen su vuelo hacia la costa
del Golfo de México que semeja un embudo.
Las
rapaces rehúyen de las regiones montañosas porque los vientos y bajas
temperaturas de esas zonas las obliga a gastar mayor energía, cuando lo que
ellas buscan es un ahorro para continuar su viaje de casi 11 mil kilómetros.
En
contraparte, las comunidades costeras de Puente Nacional y la Antigua ofrecen a
estas aves una oportunidad única, pues en la zona se forman corrientes termales
que les permiten elevarse a mayores alturas y volar con un mínimo esfuerzo,
tanto en otoño como en primavera.
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