Jeanette Aldán Cano
Un invento del ingeniero mexicano
Sergio Jesús Rico Velasco, egresado del Instituto Politécnico Nacional, se ha
convertido en una solución a los problemas de sequía en regiones agrícolas. Se trata
de la lluvia sólida.
Este producto es un polvo blanco
con textura similar al azúcar, elaborado con agua recolectada durante las
precipitaciones que se combina con una fórmula química conocida como
poliacrilato de potasio (un compuesto absorbente similar al utilizado en los
pañales para bebés).
“Es una manera de aprovechar los
temporales de lluvia que existen en diversas partes del país. Cada vez la
producción de alimentos va a ser más complicada (por la escasez de agua).
Nosotros estamos levantando la mano para mostrar que esta es una alternativa
nacional”, asevera Alfonso Roldán Ávila, promotor comercial del proyecto.
La lluvia sólida tiene la
capacidad de absorber líquidos (incluso fertilizantes) y almacenarlos durante
un periodo de tiempo. Por eso es utilizado como un sistema de riego alternativo
en sembradíos y áreas verdes de casas u oficinas.
“Las moléculas del agua se
adhieren alrededor de cada granito de potasio y hacen que crezca de 300 a 500
veces su tamaño. Si esto se coloca en la raíz de cualquier vegetal solo va a
necesitar agua una vez cada 30 días durante 10 años”, explica Roldán Ávila.
Este invento mexicano funciona de
la siguiente manera: se agrega agua al polvo, en segundos la mezcla toma la consistencia
de un gel que debe colocarse cerca de las raíces, las cuales absorben el líquido
cuando necesita hidratarse. Cuando la planta sustrae toda el agua (proceso que
tarda alrededor de un mes), el producto recupera su aspecto inicial de polvo y puede
reutilizarse.
El material utilizado para la
elaboración de la lluvia sólida no tiene ningún componente tóxico o nocivo para
el suelo ni las plantaciones, por eso su uso también es recomendado para los
cultivos orgánicos.
Efectividad comprobada
La lluvia seca fue creada en
2002. Ese año ganó el Premio Nacional de Ecología y Medio Ambiente otorgado por
la Fundación Miguel Alemán Valdés. A partir de entonces la Universidad de
Chapingo lo comenzó a evaluar para comprobar su efectividad.
En 2005 el producto fue utilizado
en la comunidad Aguahedionda, Jalisco, catalogada por la Secretaria de
Desarrollo Social como una zona de extrema pobreza que sufría los efectos de la
sequía. Estaba contaminada y deforestada.
Los pobladores comenzaron a
captar el agua de lluvia que cae en los techos a través de canaletas conectadas
con tambos o tinacos, donde se les agrega los químicos necesarios para
convertirla en polvo y más tarde utilizarla en los sembradíos.
En cuatro años lograron
incrementar de 600 kilos a diez toneladas su producción de maíz anual. Eso
mejoró la calidad de vida de su población. Se iniciaron programas de
reforestación, lo cual permitió el restablecimiento de manantiales y arroyos
que estaban secos.
“En 2007 (el producto) se lanzó
al mercado a través de una campaña empírica. Lo hemos desarrollado como un
proyecto Pyme y hemos logrado convencer a productores agrícolas para que lo
usen”, comenta Roldán Ávila.
Actualmente es utilizado en el
Ingenio La Margarita, ubicado en la carretera federal Córdoba – Tierra Blanca; en
sembradíos de caña de azúcar, cítricos y hortalizas en Zentla, Paso del Macho y
Tuxpan.
La Cámara Nacional de Comercio en
Veracruz utiliza la lluvia sólida en su campaña Manos Verdes, un programa anual
de reforestación. En 2011 sembraron 100 mil árboles en distintas partes del
estado. El 90 por ciento sobrevivió gracias a este innovador sistema de riego.
Algunas empresas catalogadas como
socialmente responsables adquieren el producto para el mantenimiento de sus
áreas verdes. Entre ellas Procter & Gamble México, Femsa Monterrey, Tamsa y
CFE.
Este año el Stockholm
International Water Institute nominó al ingeniero Rico Velasco al Premio
Estocolmo del Agua, el más prestigiado en esa categoría, por diseñar una
innovación que contribuye al ahorro del vital líquido.
Usos alternativos
La lluvia sólida tiene usos
alternativos. El combate de incendios forestales y el control de las inundaciones
son los principales.
En caso de una inundación debe
verterse el polvo sobre el agua acumulada para convertirlo en gel y retirarlo
con palas. Más tarde ese material puede aprovecharse para apagar siniestros de
fuego o en sembradíos.
“Esa es una iniciativa que hemos
tratado de vendérsela a la gente de Protección Civil, porque es una manera de
corregir un problema y posteriormente usarlo con productores que tienen
problemas de sequía, pero no hemos encontrado eco”, asegura el representante
nacional del proyecto.
Ooorale!!!
ResponderEliminarOoorale!!!
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